Desde que el 10 de marzo se detectaron los dos primeros casos de COVID-19 en Bolivia, se procesaron en los laboratorios del país más de 45.000 pruebas para detectar la presencia del SARS-Cov-2, el virus que causa la enfermedad. De éstas, 18.459 (el 41%) resultaron positivas, aseguró este lunes el director del Instituto Nacional en Laboratorios de Salud (Inlasa), Christian Trigoso.
“Al momento ya hemos sobrepasado las 45.000 pruebas. Este es un número que al principio parecía algo difícil de alcanzar (…) y las pruebas se están proyectando en números que tienen que sobrepasar esto, hasta poder cubrir la demanda nacional”, dijo Trigoso.
Centros de referencia
Los tres centros de nivel tres, capaces de hacer pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR), considerada el estándar de referencia para el diagnóstico molecular fueron desde el comienzo de la pandemia el Inlasa (que procesó pruebas de El Alto, Oruro, Potosí y Chuquisaca), el Centro Nacional de Enfermedades Tropicales (Cenetrop) de Santa Cruz, que ha procesado las muestras de Beni y Pando; y el Servicio Departamental de Salud (Sedes) de Cochabamba, que ha analizado casos de esa región, Chuquisaca y Tarija.
Hay otros 11 laboratorios GeneXperts (Biología Molecular automatizada en tiempo real), destinados a obtener testeos rápidos para el diagnóstico del COVID-19. Pero por falta de reactivos que llegan por lotes y se acaban rápido se sigue recurriendo a los centrales.
Oruro, por ejemplo, cuenta con un laboratorio GeneXpert que funciona desde el pasado miércoles, capaz de procesar un máximo de 45 pruebas por día. Cuando la cantidad de casos sospechoso sobrepasan ese número, los siguen enviando al Inlasa. Potosí también cuenta con un centro GeneXpert. El 4 de junio llegó un lote de 8000 reactivos.
Los equipos PCR tienen una capacidad, por corrida, de 94 pruebas, más dos controles; mientras que cada equipo GeneXpert procesa cuatro pruebas por hora, según Henry Tapia, director del Servicio Departamental de Salud (Sedes) Oruro.