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| jueves , 21 de noviembre de 2024 |

RESEÑA HISTORIA DEL INSTITUTO NACIONAL DE LABORATORIOS DE SALUD (INLASA)

El Instituto Nacional de Laboratorios de Salud INLASA denominado «NÉSTOR MORALES VILLAZÓN» fue fundado el 08 de agosto del año 1908 durante el Gobierno del General Ismael Montes Gamboa, dependiente del Ministerio de Gobierno y Fomento, bajo la Estructura Organizacional del Poder Ejecutivo, con el nombre de LABORATORIO NACIONAL DE BACTERIOLOGÍA, bajo la Dirección del Dr. Néstor Morales Villazon, en las instalaciones del edificio de la Facultad de Medicina ubicado en la calle Indaburo de la ciudad de La Paz.

“… El joven Néstor Morales, distinguido alumno de la Facultad de Medicina ha logrado, con los escasos útiles que ha podido procurarse, hacer los cultivos de varios microbios patógenos hallados en la fuente que surte al local del colegio Nacional, microbios que pueden ser causa de muchas enfermedades endémicas …” (año 1909).

Dr. Néstor Morales Villazón

Quien habría de imaginar que con el transcurrir de los años este estudiante nacido en Cochabamba el 2 de febrero de 1879 ya convertido en médico, llegaría a ser fundador del “Laboratorio Nacional de Bacteriología” posteriormente conocido como Instituto Nacional de Laboratorios de Salud (INLASA) empero entretanto, imaginemos a este joven estudiante en el año 1900 munido con elementales utensilios a la vez que con la inspiración pasteuriana – siempre habría de reconocerse admirador de este insigne francés – enfrentándose a lo que sería su debut como buscador de microbios y que posteriormente significaría el encuentro con su destino, un destino grandioso y luminoso como solo puede ser el de los elegidos.

Corría el año 1908 y debido a la muerte del presidente electo, Dr. Fernando Guachalla, quien no llegara a asumir la primera magistratura del país, es que el Congreso resolutivo otorgar un año de prorroga al mandato de Don Ismael Montes, hombre enérgico y bien preparado que ganara las elecciones en 1904 y que llegó el gobierno precedido de una fama bien merecida por su buen actuar durante la campaña del Acre.

Si hay algo que le preocupó a Montes fue el impulsar la educación, así como las ciencias, empero el año que nos ocupa en cuestión se dio a conocer el fallo arbitral argentino sobre nuestros límites con el Perú, avivándose la llama patriótica que inflamaba el espíritu nacional; por otro lado, ya era parte de la historia la construcción de tramos ferroviarios de vertebración y la promulgación de la Ley de Libertad de Cultos. Es en medio de este movimiento que agitaba al país que el 8 de agosto se funda el “Laboratorio de Bacteriología” ocupando tres habitaciones en el segundo piso de una casona que albergaba a la floreciente Facultad de Medicina (Calle Indaburo).

La labor que empezara como estudiante Néstor Morales Villazón, labor solitaria cono la de todo científico, se proyectó en la nueva función de primer director del laboratorio, pues tan solo contaba con la colaboración del Sr. Luis Dávila (estudiante de medicina) y el material que poseían, escaso y precario, era suficiente para desilusionar a cualquier practicante de bacteriología actualmente; sin embargo al decir del Dr. Néstor Morales: «Nos sentíamos con el ánimo bastante para dominar el mundo y los obstáculos, lejos de causarnos temor, avivaban nuestro entusiasmo” ¡Que temple el demostrado por estos hombres! Y es que, sin duda alguna, una gran empresa precisa de grandes personalidades.

Un año más tarde y ya en el gobierno del Dr. Eliodoro Villazón se decide ampliar las instalaciones del Laboratorio en la calle Campero, donde habrá de contar con más espacio físico para el desempeño de sus funciones.

En abril de 1912 se funda la Revista de Bacteriología e Higiene, la cual es editada hasta enero de 1924, editándose posteriormente el Suplemento del Instituto Nacional de Bacteriología desde mayo de 1933 hasta julio de 1947, luego en el año 1992 apareció un nuevo ciclo de esta publicación que lamentablemente volvió a caer en el letargo desde 1994 a la fecha.

El 31 de diciembre de 1924 el reglamento de esta institución es aprobado por resolución expresa instruyéndose también que tanto las farmacias como las boticas debían remitir muestras de los productos que tenían para la venta, a fin de ser analizadas.

Así mismo el material se fue incrementando paulatinamente merced a la ayuda decidida del Dr. Eliodoro Villazón, así como la de Don Ismael Montes, quien en su segundo periodo presidencial decidió terminar la obra iniciada en 1908.

Este era el personal que trabajaba en el año 1915 en el Instituto Nacional de Bacteriología, conocido también como el Instituto Montes de Bacteriología, tal vez por la simpatía y el afecto que demostraba el presidente Montes a esta institución:

Dr. Néstor Morales Villazón y colaboradores

Director: DR. NESTOR MORALES VILLAZÓN
Secretario: SR. CARLOS NIETO NAVARRO
Primer practicante de bacteriología clínica: SR. NESTOR ORIHUELA
Segundo practicante de Bacteriología clínica: SR. MARCELINO BELLOT
Primer practicante de Sueroterapia y vacunoterapia: SR. DOMINGO FLORES
Segundo practicante de sueroterapia y vacunoterapia: SR. JOSE SANJINES
Practicante de investigaciones especiales: SR. DESIDERIO LLANOS
Practicante de consultorio: SR. ENRIQUE HERTZOG.

Entre las tareas que desempeñaba esta repartición podemos citar: Análisis Bacteriológico del agua para consumo, Producción de Vacuna Antitífica, Vacuna Antiestafilocócica, Suero Antidiftérico, Vacuna Anticarbunclosa, Vacuna Anticolibacilar, Producción de Aglutinómetros y exámenes microbiológicos en general.

Dr. Néstor Morales Villazón y colaboradores.

Cabe recalcar que después de la medalla otorgada por el V Congreso Médico Latinoamericano el Instituto mereció que la Academia de Ciencias de Le Mans (Francia) le confiera la medalla científica internacional del año 1914.

Es durante la presidencia del notable financista Don José Gutiérrez Guerra, que el 10 de agosto de 1919 se inauguraron las nuevas instalaciones del Instituto en la zona de Miraflores, conocida tan bien como valle de Poto – Poto (actual local que ocupa), después de gestiones realizadas en forma perseverante por el Dr. Morales Villazón y que culminaron en este notable acontecimiento.

Plano del Instituto Nacional de Bacteriología, Pasaje Rafael Zubieta – Miraflores 1919,

Para dicha ocasión se invitó a autoridades y ciudadanía en general, y si bien el material encomendado a la Casa Adnet de Paris y otra de Suiza llegó por barco en los días precedentes siendo trasladado luego en tren, todo el equipo del Dr. Morales febrilmente disponía los microscopios, matraces, estufas, mecheros y reactivos en los ambientes del nuevo Instituto hasta prácticamente horas antes del acto de entrega. Día nublado y con fina llovizna sirvió de marco, el Dr. Morales V. Temía que ante esta situación climatológica no se presentaran los invitados, sin embargo, grande ha de ser alegría cuando advierten que una alegre y bulliciosa caravana de automóviles se acercaba a los predios de esta obra, ¡el pueblo no quería mostrarse indiferente en la fiesta de su Instituto!

Grande fue el ambiente, la alegría y el legítimo orgullo del Dr. Morales Villazón al contar con un conjunto de laboratorios que respondían a las necesidades de ese momento… ¡Cuánto habían avanzado desde las reducidas y desprovistas dependencias que compartían en la calle Indaburo hasta este sueño hecho realidad!

Frontis del Instituto Nacional de Bacteriología

Y cuán de cerca se seguían en América y el resto del mundo, todas las actividades del Bacteriológico, y es que simplemente piense el lector que si bien Roberto Koch entre los años 1986 – 1880 sentaba las bases de la moderna bacteriología otorgándole el rango de disciplina científica, en Bolivia 28 años más tarde, ya contábamos con un laboratorio que realizaba exámenes bacteriológicos además de la preparación de biológicos, sin desmerecer la actividad del “Instituto Médico Sucre” (Sucre – Chuquisaca) fundado el 3 de febrero de 1895 y que poseía un laboratorio de Microbiología y Micrografía, dirigido por el eminente hombre de ciencia Dr. Manuel Cuellar, convirtiéndole en el primer laboratorio de bacteriología que habría de operar en Bolivia.

No es desconocida la copiosa correspondencia que mantuvo el Dr. Morales Villazón con destacados bacteriólogos del mundo entero, además del intercambio de todos los números de la Revista de Bacteriología e Higiene con revistas provenientes de todos los institutos más importantes de esa época.

Lo más importante de la producción bibliográfica y científica del Dr. Néstor Morales Villazón puede resumirse de la siguiente manera: “Análisis Bacteriológico de las Aguas Potable”, “Blastomicosis en La Paz”, “Elías Metchnikoff”, “Higiene Escolar”, “Labor Omnia Vincit”, “Nuevo Medio de Cultivo para el Gonococo”, “Tuberculosis en Bolivia”, “La Bacterioterapia Antitífica en el Niño”, “Epidemia Gripal”, “Pasteur y su Obra”, “Vacuna Antitífica Nacional”, “La Fievre Tiphoide en Bolivie”.

Estampilla Conmemorativa 100 años del INLASA

El reconocimiento del gobierno se plasmó en una resolución legislativa de fecha 19 de noviembre de 1913 concediéndole una medalla de oro en cuyo anverso se leía: El Senado Nacional de Bolivia – 1913” y el reverso “al Dr. Néstor Morales Villazón, por sus labores científicas”, además de 5.000 Bs.
En algo que se habría de convertir en una mala tradición para la ciencia del país, la politiquería empezó a manosear las instituciones y a la vez inició la denigración de quienes tan solo intentaban caminar por senderos intelectuales, buscando engrandecer la Patria. Es así que durante los luctuosos sucesos políticos que golpearon a Bolivia durante la década de los veinte, el Dr. Morales Villazón identificado con una fracción política fue obligado a exiliarse lejos de su amado Instituto, recibiéndole la República de Argentina donde continúo su trabajo en el campo de la bacteriología. Su patriotismo jamás dejó de acompañarle pues inclusive durante la Guerra del Chaco, colaboraba con el país mandando vacunas e insumos para no detener el trabajo del Instituto Nacional de Bacteriología. Supo desafiar al destino, supo ganarle y por ende supo ser inmortal.

Desde su fundación, el Instituto Nacional de Laboratorios de Salud – INLASA ha creado nuevas aéreas y unidades, en respuesta a las necesidades de salud del país. Actualmente el Instituto Nacional de Laboratorio de Salud ya cuenta con 16 Laboratorios y 4 Unidades funcionales que trabajan respondiendo a las diferentes demandas del país, contribuyendo a la Salud Publica de Bolivia, el INLASA ha contribuido también en la formación de profesionales y científicos, cuyo esfuerzo han permitido solucionar problemas de salud que amenazaban a la población boliviana, mereciendo los siguientes reconocimientos:

• En 1914 merecedor de la «Medalla Científica Internacional» otorgada por la Academia de Ciencias de Le Man (Francia).
• El 8 de agosto de 2008, festejando el centenario de contribuciones a las ciencias de la Salud en Bolivia, el INLASA recibió los siguientes reconocimientos:
• Presidencia de la República, R.S. N° 00075 de 2 de marzo de 2009 «Cóndor de Los Andes en el Grado de Caballero».
• Resolución Presidencial N° 228864 de 25 de junio de 2008 «Orden de la Salud Publica en el Grado de Comendador».
• Resolución Camaral N° 042/2008 de la Honorable Cámara de Diputados «Instituto Meritoria».
• Resolución Ministerial N° 1060 del Ministerio de Salud y deportes «Medalla en la investigación Científica».
• Universidad Mayor de San Andrés Resolución del Consejo Administrativo Universitario N° 348/2008 «Medalla Mariscal Andrés de Santa Cruz en el Grado de Servicios Especiales»
• Ordenanza Municipal N° 500/2008 del Gobierno Municipal de la ciudad de La Paz «Escudo de Armas de la Ciudad de Nuestra Señora de La Paz en el Grado de Servicios Especiales»
• Resolución Administrativa N° 85/2008 de la Escuela de Salud del Ministerio de Salud y Deportes «Institución Meritoria».
• La facultad de Medicina de la Universidad Mayor de San Andrés Otorga «Medalla Sesquicentenario».
• Organización Panamericana de la Salud Organización Mundial de la Salud OPS/OMS Reconocimiento por el «Centenario».
• Academia de Ciencias de Bolivia Reconocimiento «Científico».

Autor: Dr. Christian Trigoso Agudo

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